"SINÒNIMOS"
Un Israelì en Parìs
Llegado a París por puro impulso (podría haber ido a parar a Londres, a Túnez o a Buenos Aires), la vida de Yoav es la que está detonada.
El debutante Tom Mercier posee una alta capacidad en pasar en segundos, en su caso abruptamente, de un sentimiento a otro, de una emoción a otra, de una acción a otra.
Todo sin ninguna clase de explicaciones o reflexiones, tanto de su parte como de la propia película, que no pretende civilizar lo salvaje, dando lógica a lo que posiblemente no la tenga. No al menos la lógica que se maneja culturalmente, en la vida de todos los días.
Un israelí en París. Es un auto refugiado, que no tiene quién le dé asilo. Se lo tiene que buscar solo, en tan corto tiempo y estando con lo puesto (ni siquiera con lo puesto, incluso) no es fácil. Mucho menos si hay algo en él que parece haber salido de carril.